¿Esperas un cambio o eres el cambio?




Últimamente he hablado con muchas personas que dicen estar esperando un cambio. Somos muchos los que sentimos que la humanidad, por el camino que tomó hace ya mucho tiempo, lleva un rumbo errado. Llegados a este punto, mucha gente se plantea que “algo debe suceder”. Sin embargo, todo esto me ha hecho preguntarme: ¿qué tipo de cambio esperamos?. Porque han sido muchas ocasiones a lo largo de la historia en las que la humanidad ha sentido que era necesario virar el rumbo, sin embargo, las soluciones que hemos tomado han sido “más de lo mismo”. Modificamos los sistemas mediante revoluciones, pero los seres humanos seguimos siendo los mismos, por tanto, los sistemas fallan una y otra vez. 

Parece ser que todo indica que el verdadero cambio que necesitamos implica una revolución, como diría Krishnamurti, en uno mismo, una revolución de corazón y de mente. Esto tiene serias implicaciones, porque la espera del cambio siempre conlleva la espera del cambio de los demás; sin embargo, si uno se responsabiliza con firmeza como parte integrante de la humanidad, puede operar grandes renovaciones en sí mismo. 

¿Conocen la teoría del centésimo mono? Consiste en “un fenómeno en el que se supone que un comportamiento aprendido se propaga rápidamente desde un grupo de monos hasta todos los monos, una vez que se alcanza un número crítico de iniciados”. Esto me ha hecho plantearme si un cambio de comportamiento verdaderamente profundo y radical en un cierto número de humanos, puede dar un giro importante y renovador en la humanidad. 

Nuevamente, estaría dando vueltas a la espera de que otros cambien, de que se produzca un número significativo de transformaciones para dar lugar a una gran transformación, y creo que en este enredo es donde reside el gran problema. 

¿Puede un ser humano, por sí mismo y sin esperar el cambio en los demás, plantearse seriamente qué podría hacer por ser él mismo el cambio que espera en los otros? Esperamos que el mundo gire su rumbo, pero nosotros seguimos haciendo lo mismo de antes, comportándonos igual que antes. ¿Tenemos verdadero y serio interés por transformarnos, o simplemente estamos esperando que la sociedad lo haga?

Comentarios

  1. urge otra forma de ser humano, nuevos instrumentos de vida, si yo cambio, cambia el mundo ,cambiémoslo. y prediquemos con el ejemplo cotidiano

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  2. Así es, dicen que no se puede enseñar nada mejor que con el ejemplo. Hacer de esta forma de pensamiento un hábito, en mi opinión, es más sencillo que vivir en la oscuridad de la crítica a todo lo externo.
    Abrazos y gracias por leer y comentar

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