Los sueños como ayudantes


Los sueños pueden ser un ayudante muy importante a la hora de encontrar una solución en un conflicto. Venimos detectando algo interesantísimo al respecto. 

Vamos a poner el ejemplo de una persona que acude a nosotros con un persistente dolor en la columna. En la sesión vemos que el dolor comienza después de una pelea con su padre. Él siempre ha sentido mucho miedo de su progenitor; pero cuando existe una gran desvalorización, es difícil que la persona vea, en una primera sesión, que lo que realmente guarda es un enorme rencor. La persona que se desvaloriza prefiere culparse a sí misma que culpar a otros; sin embargo, en lo profundo, siempre se esconde una culpa externa, hacia alguien que no es uno mismo. En la Bioneuroemoción buscamos aquello que, escondido, está provocando el síntoma. 

A veces es muy evidente, como en este caso, que la persona guarda un rencor hacia alguien, pero solemos justificar y ablandar el asunto, pues se trata de un ser querido, un padre, una madre... y es políticamente incorrecto decir las palabras que realmente nos surgen desde el rencor. 

Es vital que la persona que se dé cuenta de lo que guarda, sin que se lo digamos nosotros, pues de nada sirve que uno “crea”, si no lo “ve”. De modo que, a veces, sucede algo inesperado después de una sesión. La persona vuelve a su casa, y por la noche sueña, como en este caso, que le planta cara por primera vez en la vida a su padre, le dice todo aquello que nunca se había atrevido a decirle, y se enfrenta a él sin miedo. La persona siente tanto alivio después del sueño, que con él vemos que la sesión de Bioneuroemoción se ha completado. 

A veces, cuando los rencores, o resentires están muy profundos, el sueño es un excelente ayudante para que podamos ver lo que no queremos ver de forma consciente.


Muchas personas dicen que no sueñan, o bien que no recuerdan sueños. Os daremos pues, aquí, unas recomendaciones para que puedan aprovechar los sueños y recordarlos:

  • Antes de dormir, pensar en el problema que a uno le causa conflicto y entregarlo al sueño, pidiendo que nos ayude a resolverlo.
  • Pensar en ello no significa quedarse dándole vueltas, por tanto, es importante confiar en que el sueño nos va a dar una solución. Entregarlo sin preocuparse es vital. 
  • Al despertar, quedarse un rato sin moverse. Al moverse, se van las imágenes y el sueño se olvida. Si nos quedamos un pequeño tiempo sin movernos de la cama, veremos que es más sencillo que recordemos lo que hemos soñado.

Comentarios