Paradoja

Según desde el punto de partida del pensamiento, o digamos, según desde qué tipo de “observador” estoy viendo la realidad, se determina el tipo de realidad voy a percibir.

Parece un simple juego de palabras, o una paradoja muy fina, pero es muy importante. Solo tengamos en cuenta que, primero viene mi observador y luego, percibo una realidad acorde. Es decir, uno ve lo que quiere ver, aunque sea un proceso inconsciente. Es inconsciente, pero si estoy atento, puedo escuchar mis pensamientos en mi mente. Entonces, el punto de partida para ver una realidad, o percibir la otra, es qué tipo de observador estoy “validando” en mi mente. Y entonces, si no quiero escuchar a los observadores lentos, simplemente, no los valido. No validar no es rechazar. Es decir, el pensamiento puede aparecer, no necesito controlarlo para que no exista en la realidad, o para que no lo perciba, simplemente, basta con no creerle. 

Comentarios