La percepción que tengo del
mundo desde la identidad, está al revés que la percepción anterior. Pero eso
que exploro como nuevo y lo también viejo, son extremos de un movimiento, que
es uno solo. Y sospecho que ambas partes son irrealidades.
Es decir, la percepción
anterior del mundo conocida, la “clásica”, la que conocíamos como la
configuración establecida, aún convive con la configuración de estos de nuevos
paradigmas. Pero mi percepción de estos nuevos paradigmas, son parte de los
extremos de aquella versión clásica. Los nuevos extremos, completan un círculo
que la parte anterior hubo iniciado.
Y sentimos cómo todo ha dado
vuelta, unos nos damos cuenta antes, otros después, unos en forma acelerada,
otros en forma paulatina, pero todos podemos notar el cambio.
En general, el paradigma
anterior se extendió en el tiempo, en cambio, el nuevo paradigma se expresa con
una vertiginosidad inusitada, la que anuncia que este nuevo paradigma va a
volver a girar, a ser distinto. Sin embargo, las dos versiones, son parte de lo
mismo, como si fueran la izquierda y la derecha de una sola entidad. Lo que
antes daba por hecho, ahora se ve cuestionado.
Sin embargo, las dos partes,
como dije, son una misma cuestión, modelo y anti-modelo, las dos caras de una misma moneda, que se expresan
para conocer que esa moneda es una ilusión, puesta al derecho y al revés, pero
son lo mismo.
Ambas partes, tienden a ser
caducas, en poco tiempo, para dar paso a una nueva percepción de la realidad,
la que sospecho que ni imaginamos.
El tema está en cómo asumir o
caminar por este tránsito de la moneda y la anti-moneda, este cambio de la
percepción consciente e inconsciente, hasta que se pueda instalar la nueva
versión, la que está más allá de lo que imaginamos. Es decir, no es la nueva versión, ni la vieja,
hacia donde vamos.
Si, totalmente, siempre nos vamos al extremo, viejo-nuevo, transitar el “medio” es un camino desconocido, porque implica una” integración” que no es habitual y que no está instalada de antemano. Este camino de integración se construye desde lo más profundo de uno mismo y desde un punto de vista individual es la expresión mas acabada de nuestra “libertad” como seres humanos “evolucionados” hacia un horizonte “no humano”, tan simple y tan complejo como responder a estas preguntas: ¿Cómo sería vivir sin sufrimiento?, ¿Sin contradicción?, ¿Sin ilusión?, sin guerras, sin hambre, sin pobreza, sin violencia?...Lo humano como lo conocemos y lo humano por conocer…una totalidad que impulsa a la expansión de nuestra conciencia hacia el infinito.
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