ACCESO DIRECTO 2

Está bueno no confundir al inhumano con un 4 cabreao (traduzco: “una identidad con los webos como ruedas de tractor, de que el inhumano lo maneje pacá y pallá para divertirse”). Si aún no me asumí a mi humano, porque me da carga el humano ajeno,¿cómo voy a asumir al inhumano que me habita? Y, nuevamente ¡oh, paradoja! si estoy viendo esta realidad, a mi humano cabreao, ya estoy asumiendo un poquito más al inhumano al ser consciente de lo que me pasa.

El inhumano es el que se ríe hasta del cabreo de la identidad, y a ése, no se le empieza a ver la puntita hasta que no me doy cuenta de que no es que se desmantelen los programas recreándome en lo muy liberado que estoy y en lo poco que me afectan ya las cosas
(lo cual también es cierto, y está muy bueno, pa qué nos vamos a engañar), sino que además, sigo observando en lo más profundo las raices de las ramas que he ido podando y que me hacen ir un poco más ligero. De hecho, al inhumano le gusta hacer creer al humano que está alcanzando una identidad ligera y convergente. Se lo pasa bomba con eso.

No confundamos podar las ramas con atravesar las raices.

Es de VER LO QUE ES mi diseño, desde su más profunda raiz, de lo que viene la consecuencia de una nueva percepción y sobre todo, el ACCESO DIRECTO a la conexión con el vacío.

Si no veo esto, cuando me viene el envión del vacío, ansioso por hacer de mí lo que le dé la real gana, porque sabe que puede hacerlo, me puedo creer que “voy mal”, porque no estoy tan ligero como otros, será que no estoy aplicando bien la ley.... bla bla bla. Y ahí puede ser que entre en un bucle por validar la idea de que me debería ir ligerito, y me va densito. Hago del túnel al acceso directo, un BUCLE, porque me creo la trampa de que yo no, y otros sí....

No nos engañemos, no es lo mismo estar más ligero porque las cosas me van mejor en lo lineal, porque como sigo de la manita de mami 4 me compensa con futuros “agradables” por ser un buen hijo, que estar más ligero porque atravesé y transité lo descarnado de mi trastienda, y empieza a no importarme genuinamente de qué palo viene la experiencia, si positiva o negativa, porque ya veo “algo” que hace maravillas de cualquier cosa que me pase y porque, sobre todo, solté la mano que mecía mi cuna, y lo más importante, asumí las consecuencias que soltar la mano implica.

Y sí, estar en un lugar o en otro no importa en absoluto, lo que sí importa es reconocerme en las coordenadas exactas, porque no tengo que hacer esfuerzo alguno para ser más valiente, para tirarme al ruedo del vacío, para tener un proceso genuino, más rápido o más o menos visible. Porque si me veo más cobarde que la mierda, pero sé que es un marcador, me veo un pazguato bondadoso, pero sé que es otro marcador, me veo manipulable, confundido, perdido, veo que tengo miedo de soltarme de la manita de 4... pero sé que es mi combustible, entonces el cuento es otro muy distinto. Y es precisamente de VER todo esto, que la cosa se pone a MUTAR EN SERIO. Y de forma infinitamente más fácil y menos esforzada que lo que la identidad se cree, y menos aún, mucho más sencillo que el galimatías que se hace la mente al respecto.

La identidad se dice “sí, ya está, me lancé al vacío... pero que no pase ni x, ni y, ni z, por favor Dios mío, niño de Atocha, virgen de Guadalupe! que no me pase eso...” y lo va a decir, y está INCLUIDO también que lo diga. La diferencia está en que cuando la identidad dice eso, yo me crea que ya salté al vacío e ignore la segunda parte de la frase. Cuando incluyo a la segunda parte de la frase, ahí ME ESTOY VIENDO, y verme, sabiéndome un paquete software evolutivo cagadito por las patas por el futuro temeroso que mi propio juego interno tiene ganas de seguir construyendo, permite que eso se convierta en combustible hacia otra cosa inifitamente más grande y absolutamente DESCONOCIDA para la identidad. 

El VACÍO se merienda nuestras distorsiones, y solo tenemos que marcárselas. Así la cooperación se hace jugosa, ligera, amorosa.

No es que “yo ya no tengo miedo”, no es que “yo ya no tengo un interés económico”, no es que “yo ya no me preocupo”, “a mí ya no me importa lo que piensen los demás...”, es que, veo a la identidad que le pasan esas cosas, pero las VEO despegadamente, y veo cómo el vacío hace rico combustible con ellas, así que, no las sufro en absoluto. Lo cual es muy distinto a la idea de la identidad de alcanzar un estado ideal. Veo cómo con el miedo me hace un camino de libertad, cómo con el interés de ganar dinero que me reconozco honestamente, me otorga una percepción de mi economía como consecuencia de cómo tengo nivelados interiormente mis cables, veo cómo de la preocupación por el otro hace rico guiso que libera a aquellos por los que antes me preocupaba y, sobre todo, veo que el cómo me importa lo que piensen los demás, me da una autopista a la autorreferencia.

Un TODO INCLUIDO es eso, un todo incluido: TODO.

Comentarios

  1. genial .... queda maravillosamente plasmado donde estamos situados ... en aquella lejana palmera !!!! reconocerlo ya es un gran paso en este camino...

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