Abriendo LA ELECCIÓN DE LA PARTICULARIDAD (Parte 1)

Los Fotogramas Negados:
(Repasando baches básicos o “piedras en el zapato”)


En la negación de la particularidad suceden cosas como la negación de los puntos que consideramos “márgen de error”. La mente constructora de imagenes se hace tan refinada en su trabajo, que detecta un marcador y puede suceder que lo niegue.

Pongamos un ejemplo: me dicen algo que me ofende. Me ofendo. El automático hace, a toda velocidad, esto que aquí describimos en cámara lenta....

Se produce la ofensa.
Me hiere
Me digo: la ofensa es un marcador, o si soy espiritual puede que diga “la ofensa no existe, nadie te está ofendiendo”, voy a desvalidarlo...
digo que no pasa nada
asumo el marcador porque “la carga es del receptor” así que, yo me asumo la situación, es todo cosa mía.
(y la carga queda sin funcionalizar)

Es solo un ejemplo, con sus variantes. Así que el “me ofendió”, “te estoy culpando”, queda negado, no funcionaliza. Me hieren, y no me defiendo, porque la defensa la considero un marcador a desvalidar.

Defenderse de la herida Y ADEMÁS, estar abierto a que aquello se puede ver diferente, y que también, desde otro punto de vista, “nadie te está ofendiendo” y todo eso que ya sabemos, es muy distinto a “saltarse el fotograma” de la defensa, o de la ofensa, porque le ponemos encima un “nadie te ofende” “todo es tu proyección”.

Este DESPEGARSE de la percepción, nos permite percibir desde el punto de vista más humano y sus ofensas, y sus heridas, y sus marcadores, entrando en ello con una conciencia neutra que nos permite observar la perfección de cada uno de aquellos movimientos.

Saltarse los fotogramas es parte de la mente que busca el resultado. Busca el resultado de actuar correctamente... Pero en el proceso va a haber fotogramas por los que pisar, posicionarme, y que son márgen de error y el jugo de tener otra perspectiva.

Otra cosa muy distinta es cuando nace una profunda ELECCIÓN en la que no elijo la ofensa, porque está la percepción suficientemente despegada como para hacer esa elección. Aquí, decimos, no actuamos por “mandato” o “instrucción” en el no ofenderse, sino por elección. No es que “como no debería ofenderme”, no me ofendo. Es que, ahí se está trascendiendo esa ofensa porque PERCIBO UNA POSIBILIDAD de respuesta de rango superior a la de ofenderme. En cualquier caso, si la única posibilidad de respuesta que percibo en un momento dado es la de la ofensa, el tránsito de ésta abriéndose a la posibilidad de que existen respuestas de rango más refinado, nos permite ir transitando con este “y además”... que ABRE constantemente nuevas posibilidades,  E INCLUYE las lógicas de pasado que estamos integrando.

Es ahí, cuando percibo la posibilidad que trasciende la ofensa, que esa apertura genera poder percibir lo que el otro me está aportando, y una "transferencia de posibilidades" en el vínculo, extraordinaria, unas sinérgias que entran a generar un tercero fruto del aporte de ambos.  Antes, mientras estoy en la ofensa, obviamente que me estoy perdiendo aquella posibilidad, sin embargo, no es una pérdida, sino que es una posibilidad que estoy permitiendo que se abra más adelante, y que primero he de transitar una "piedra" que me impide estar disfrutando de aquella apertura.

Tenemos una riqueza tan enorme de posibilidades y tránsitos, y en cada persona se dará en su forma, que solo cada uno puede ir encontrándose con estos fotogramas negados dentro de sí mismo. Aquí solo se explican ejemplos, no se dan instrucciones, sino mapas para que cada uno pueda ir investigando cómo es que funciona lo que le informa dentro de sí mismo. Un abrazo y feliz verano para los del Hemisferio Norte, e invierno para los del Hemisferio Sur. 


Laura F Campillo

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