LA Y es vertical: La Torre Eiffel


El Y que pide horizontalidad, no es lo mismo que el Y vertical. El Y que pide horizontalidad es el Y de la “igualdad y fraternidad” de diseño, digamos, “todo está incluido” (como una IDEA y no como una realidad), de modo que anula la diferencia, percibir los distintos ingredientes, las distintas finalidades. De esta forma se pierden las diferencias. Saber a dónde lleva un camino y no otro, saber desde dónde hago las cosas...etc. En fin, no es lo mismo echar canela al arroz con leche, que echarle pimentón. Obvio no? Entonces, un Y horizontal sería, el pimentón picante quejándose de que no está incluido en el arroz con leche.

-Obviamente el arroz con leche no es tu plato mi amor.- le digo al pimentón.

Pero si mis valores me impiden decirle al pimentón que este plato no es el suyo, entonces, voy a hacer un arroz con leche de mierda, y el pimentón se encontrará fuera de su guiso. Eso si, quizás me creí muy buena persona por incluirlo.

¿Es malo el pimentón? Obvio que no. Si le tomé por valores, después le voy a echar la culpa. “Me pidió que lo incluyera, con lo que hice por él... y ahora mira que mierda de plato me ha salido... todo por su culpa, y encima dice que no pegaba nada con el resto de ingredientes...”

Ahora, mirarse a ver qué me impide diferenciar, distinguir, tener criterio para elegir... eso es otra cosa.

El pimentón queda maravilloso en el gazpacho, y ahí puede ser un grande en lo suyo.

Entonces, la Y, que es vertical, me hace incluir que en un rango de frecuencia me pasa esto, Y en otro rango me pasa esto otro, Y, desde aquí se ve así, Y, desde allá se ve asá. Que desde un rango me da pena, Y desde otro me da bronca, Y desde un lugar me da risa...etc. 





Otro tema importante es el que aparece cuando queremos horizontalizar esa Y, y pedimos “inclusión” para no asumir la diferencia. Es esto Y también es esto otro, cuando en realidad NO, A no es lo mismo que B, aunque ambas sean letras, implican cosas distintas. Que yo diga que la B no es la A, no quiere decir que excluyamos a la B, ni que sea peor que la A...etc. Es solo que tienen FUNCIONES diferentes. Si para no sentirme excluido creo que tengo que tener la misma función que un otro, entonces me voy a cambiar del propio guiso, hacia uno que no me corresponde, y voy a quejarme de lo malos que son los ingredientes del otro guiso.

Sentirse excluido es maravilloso, porque te lleva a soltar el arroz con leche e irte al gazpacho, que te vas a sentir mucho más útil. Ahora, una vez estoy en el gazpacho, no voy a decir que “es lo mismo” que el arroz con leche, porque no, porque se trata de dos cosas DISTINTAS.

Obviamente, desde la perspectiva de la cocinera, ella ha hecho gazpacho, Y arroz con leche. Está todo incluido. Pero desde la perspectiva del pimentón no puedo decir “sirvo para el gazpacho Y para el arroz con leche”, porque me estaría engañando a mí mismo. (Al menos, desde un cierto tipo de contexto y lógica, eso no es verdad, que exista la posibilidad de que sí sirva para ambos, va a implicar un proceso, una disponibilidad a mutar mi lógica, un asumir dónde estoy ahora...etc.) Si me comparo con el otro y creo que tengo su misma función, entonces Imito, copio...etc. Entonces, ahí es cuando decimos “no sé dónde estoy”, mi FANTASÍA es que puedo estar en el arroz con leche, porque TODO SE PUEDE, pero la REALIDAD es que estoy desubicado. 



El Y horizontal, además, tiene una especie de “obligatoriedad bondadosa”, es obligatorio pertenecer, ser como los demás, o que me pertenezcas, porque eso es “lo que está bien”. El que se diferencia pasa a ser “el malo”. Díganselo a cualquiera que quiera salirse de Corea del Norte, o que quisiera salir de la antigua URSS. Sobresalir es soberbia. Diferenciarse es querer romper el orden establecido. Cambiar y querer explorar otras cosas, es tomado como traición.

No servir para el postre, no te hace inútil; solo te hace reposicionarte en dónde estás, con mucha mayor precisión.

Nos fijamos ahora en 33, Francia. El 3 es el marcador de comparación-competencia. La Torre Eiffel un emblema, y es una Y invertida: la Y baja al plano. Cada uno bajará en su forma, con su diferencia, a su ritmo...etc. Cuando en la Revolución Francesa se buscó la Y, fue en forma horizontal, porque fue plano 4 quién tomó la bastilla que le pertenece al receptor. 


Laura F Campillo (Grupo de trabajo 27)
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