La Paz del Inca: la Imagen IncaPaz

Hay una hilarante escena de Les Luthiers en la que, como suelen hacer, juegan magistralmente con las palabras y dicen que los Incas eran Incapaces. Como siempre, jugando podemos encontrar grandes descubrimientos: INCA PAZ sería la paz del Inca. La imagen que Inca, veámoslo con la H inicial, hinca. Hinca la rodilla, solemos decir por "se rinde". Cuando un rey gana sobre otro, a veces le pide que hinque la rodilla ante él. 
 

Que la imagen comprenda su rendición, es la paz del que hinca. La rendición de la que yo hablo aquí, es una profunda comprensión, con claridad, de que la imagen se asume que no tiene NADA que arreglar, o con qué actuar en una situación. Cede, entonces, a NADA. Por supuesto, esta comprensión viene de que el YO Impersonal observe a la imagen hacer millones de esfuerzos por conseguir algo que, desde aquella posición neutra y de mayor espectro, se observa que está metido en un laberinto repetitivo constante. Se observa, entonces, que la mente trató de tomar todas las vías posibles en una situación, probó todo, y contempla entonces el agotamiento de la búsqueda de las vías de solución. Ahí es donde tenemos a la paz del inca, la imagen incapaz, que no es lo mismo que la sensación de que yo soy menos, en polaridad con la sensación de yo soy más, o la polaridad de ganar y perder. Más allá de ese juego comparativo de desvalorizaciones y sobrevaloraciones, hay un reconocimiento de la trama, y de la tramPa que hay dentro de la trama. Un reconocimiento del “surruro” que le dice a la imagen “tú puedes ganar”, esfuérzate más, ármate más, pelea más...etc. La imagen ha sido un muñeco, una marioneta en las manos de este susurro que siempre le pide más y más esfuerzo por generarse nuevo armamento para la vida, partiendo de la base de los peligros que acechan. Digamos que encuentra al Pa-dre (red) de la tramPa, esa P, de padre, es el susurro que entrampa. Cambia de Foco para observar al proyector generador de la trama, en lugar de, tomar de base las reglas del juego, y esforzarme una y otra vez por ganar, y huir de perder. 

Desde el YO impersonal se puede observar el juego de las polaridades con mucha nitidez (ganar perder, fracaso éxito), mientras que desde la imagen, me meto en una polaridad, me identifico, me voy a otra, me identifico, y estoy dentro de la trama, con la tramPa en punto ciego, porque precisamente le he dado credibilidad a la imagen, y he dejado el foco de lo que SOY en esencia, en un segundo plano. Por supuesto, lo que soy siempre está, pero la imagen quiere olvidarse de eso, para vivir otras cosas.
 
La Imagen “hinca” su rodilla ante el Vacío mismo, ante la NADA, en una rendición extraordinaria, mientras es contemplada por la Conciencia Impersonal con algo ilusorio, se descubre como lo que no es. Y en este observar mismo se va produciendo esa rendición de las imágenes. Cada uno a su ritmo, cada uno a su forma. 

Solo cuando se le agota el crédito de experimentación es que ya le aburre la narrativa proyectiva. Ahí comienza ese proceso en el que el Foco va a tender a ir a lo que YO S OY en esencia, a ese YO impersonal, en lugar de a la imagen. Cada vez voy a sentirme más identificado con el YO Impersonal, el cual es NADA, porque NADA lo construye. 
 
Para amigos de la LGC, vemos que la palabra incapaz suma 72, la esencia misma tiene un circuito para manifestarse. Hincar la Rodilla me lleva a que Ya Di Ro (Rodilla), Ofrezco mi experiencia a la NADA misma.

"Vía 0: Cambia de Foco", en elaboración.
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