El desafío es encontrar las vías del presente

El desafío es encontrar las vías del presente. 

El ser humano parece tener la idea de que su presente está asentado en un pasado anterior. Así, aunque vivamos en democracia, por ejemplo, el ser humano que vive con la sensación de vivir en dictadura, luchará por sus derechos como si viviera en una. Lo que percibe su realidad es que trata con dictadores, se tiene que defender de ellos, y ni por un segundo duda de su propia idea (es más, a veces somos capaces de morir por la idea) de la idea de que el contrincante es un opresor, de forma que lucha con esta idea propia del pasado, lo que le da herramientas del pasado para luchar. Si el “opuesto” compra la idea de que es un opresor, actuará como tal, y ya tenemos un pasado montado en el presente. 

¿Es posible que a ese “opuesto” que se me presenta delante, lo pueda utilizar para desvalidar la idea que se me activa cuando el otro intenta venderme pasado? 

Esta fricción entre opuestos, que como en un partido de tenis puede tener una vía que haga que cada vez que tengo la pelota, la compro, va a generar un conflicto creciente y de mayor separación. Pero ¿qué sucede cuando me llega la pelota a mi campo y observo cómo funciona mi cerebro? A toda velocidad, puede comprar la idea y activar un pasado en el presente, nublando las posibilidades estratégicas del presente, porque el cerebro se queda atado a buscar las soluciones de pasado que quedan activas al haber afianzado todo un modelo de defensa primitivo. 

La vía estratégica es la que capta realmente lo que sucede en el presente. Decimos que alguien es estratégico cuando sabe leer la realidad de su tiempo. Si interpreto la realidad del presente desde el pasado, y mucha gente me compra esa interpretación, estamos generando realidades de pasado, con herramientas de pasado para vivirlas. No se generan las vías nuevas que se dan en el presente, porque ni por un momento dudamos de nuestras ideas. 

Si lucho como si en España hubiera dictadura, acabaré viviendo la realidad, por ejemplo, de ser “un preso político”, porque utilizo herramientas del pasado para conseguir mis objetivos, en forma que no veo todo lo que el presente me está presentando. Es 2019, pero hay personas luchando por sus derechos como si estuvieran en el año 1950. Y lo curioso es que al vender estas ideas del pasado, si mucha gente las compra, las llevan a la realidad, cuando ésta no tiene ninguna correspondencia con lo que ya se vivió, pero lo volvemos a vivir, porque lo construimos nosotros, nos lo creemos. 

El que recibe la idea “eres un dictador”, si la compra, al defenderse se comportará de forma que el opuesto interpreta que lo es. La desvalidación de los opuestos implica responsabilizarse cada uno de sus propias validaciones, y aprovechar para plantearse, preguntarse, si no será que estoy sosteniendo imágenes del pasado en un presente que no se corresponde, o no sostiene más, seguir viviendo como si estuviésemos siglos atrás, representando personajes que ya vivimos una y otra vez. 

Otra cuestión es que la realidad de uno, la queremos llevar a la realidad de todos. Así tienes a quien en el pasado, o su familia vivió una guerra, y sostiene la perspectiva remanente que queda de ello. Es decir, nuestros cerebros observan al que opina contrario, como al mismo que mató a los que opinan como yo. El cerebro se pone alerta, a la defensiva, en forma que no genera percepciones nuevas, abiertas, vías neurológicas nuevas, mientras no habilite una mínima duda dentro de su propia ideología. El cerebro percibe la imagen del pasado que proyectamos sobre el ahora, de forma que no observa el ahora.

Ahí es cuando creemos que el país necesita lo que observo con mis filtros sobre la realidad.
¿Te has planteado qué diferencia hay entre la realidad y tu realidad?

Grupo 32
Próximo grupo 33 comienza el 1 de mayo
Más info: www.unkido.com o contactounkido@gmail.com

Comentarios